En un mundo cada vez más digital, la seguridad en línea se ha convertido en un tema de gran relevancia. Hoy, quiero compartir la historia de Pedro, un padre de familia que sufrió un golpe financiero que ha puesto en jaque su estabilidad y la de su hijo.

Pedro, como muchos chilenos, recibe la pensión alimenticia de su hijo a través de su cuenta RUT de Banco Estado. Un día, descubrió que todo el dinero había sido retirado a través de tres transacciones separadas. El culpable: una aplicación desconocida llamada PayU, vinculada a la popular plataforma de transporte Uber.

Pedro se encuentra en una situación desesperada. No sólo ha perdido el dinero destinado a la manutención de su hijo, sino que se siente desprotegido y traicionado por un sistema que debería ofrecerle seguridad. Lo que ha sucedido es, sin lugar a dudas, un acto de irresponsabilidad y falta de respeto, pero también un delito grave que debe ser abordado con la seriedad que merece.

El caso de Pedro nos lleva a cuestionar la responsabilidad de las instituciones financieras en estos incidentes. ¿Hasta qué punto son responsables de permitir que estas aplicaciones tengan acceso a las cuentas de sus clientes? ¿Cómo es posible que una persona pueda ser suscrita a una aplicación sin su consentimiento explícito?

Pedro exige, con toda razón, la devolución del dinero de su hijo. Pero su historia también nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de establecer mejores medidas de seguridad en línea, para proteger a los usuarios de posibles fraudes y abusos. En la era digital, la seguridad no es un lujo, sino un derecho.

Margarita A.I.
Reclamos.cl