En el marco de una sociedad que envejece y que, en consecuencia, enfrenta cada vez más a menudo la cuestión de la última morada, el caso de Don Alberto, un anciano que decidió comprar una sepultura en el cementerio Parque del Recuerdo el 06 de octubre de 2023, pone en evidencia una problemática delicada y desoladora.
Don Alberto, al igual que muchos otros, firmó un contrato que, según él, contenía cláusulas ocultas y ambiguas. Hoy, por razones personales, quiere anular dicho contrato, pero se encuentra con una pared: la administración del Parque del Recuerdo sostiene que no es posible cancelar el acuerdo. Según ellos, la única opción es ceder la sepultura a otra persona.
Esta situación plantea serias preguntas en cuanto a la transparencia y la ética de las empresas encargadas de la gestión de nuestros cementerios. ¿Es realmente legal y moralmente aceptable que no se pueda rescindir un contrato de este tipo? ¿No es acaso el consumidor el que debería tener la última palabra en lo que respecta a sus decisiones finales?
Además, Don Alberto denuncia una presión constante por parte del Parque del Recuerdo, que le sugiere simplemente dejar de pagar, una opción que, sin embargo, conlleva consecuencias graves como el hostigamiento por llamadas y correos de cobranza y la inclusión en listas de morosos.
El caso de Don Alberto es un llamado de atención para todos nosotros. Debemos exigir una mayor transparencia y ética en la gestión de nuestros cementerios. No podemos permitir que nuestras últimas decisiones sean dictadas por cláusulas ocultas y prácticas comerciales dudosas. Es hora de que los derechos de los consumidores sean respetados, incluso en el delicado y sensible ámbito de la muerte.
Margarita A.I.
Reclamos.cl